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Las picaduras de medusa suponen un problema de salud pública, cada año se producen 150 millones de picaduras en el mundo, condición que con el cambio climático se agravará en el futuro. Las medusas son organismos que pertenecen al género de los cnidarios, que se clasifican en: hidrozoos (hidroides), escifozoos (verdaderas medusas), cubozoos (cubomedusas, la más tóxica) y antozoos (anémonas y corales).
Las medusas son organismos del reino animal de la vida acuática marina (y en menor proporción de agua dulce), correspondientes al género cnidarios (Cnida = ortiga, en griego). Tienen tentáculos que contienen células urticantes llamadas cnidocitos, que usan para capturar presas y como defensa.
Estas células contienen una estructura llamada nematocisto, una cápsula con un filamento enrollado y un veneno. Cuando una presa contacta con su superficie, se abren los nematocistos y los filamentos se eyectan y clavan en la presa donde inyectan el veneno. La composición del veneno y su toxicidad varían de una especie de medusa a otra. Las medusas muertas o los restos de tentáculos aún son venenosos durante varias semanas.
Cuando los seres humanos entran en contacto con estos tentáculos, dependiendo de la especie y cantidad de veneno administrada, pueden sufrir una variedad de síntomas, desde una leve irritación, a reacciones alérgicas graves o incluso provocar una parada cardiorespiratoria.
Si no reconoce la especie de medusa que ha provocado la picadura, se tiene que aplicar un protocolo general de actuación. El tratamiento se dirige a:
Primero hay que garantizar el soporte vital básico (A, vía aérea; B, ventilación; C, circulación), con el objetivo de mantener la respiración y la circulación sanguínea, en caso que fuera preciso.
Se han documentado varios tratamientos tópicos (aplicados sobre la superficie de la piel afectada) orientados a inhibir la secreción de los nematocistos. La eficacia de los mismos depende de la especie de medusa que ha provocado la picadura. Así mismo, en el momento de la picadura es posible que no tengamos disponibilidad o acceso a todos los productos.
Si no se dispone de ningún otro elemento se puede lavar directamente con el mismo agua de mar, pero en contraposición, no se trata de un líquido estéril y puede llevar patógenos hacia la herida. También se puede usar suero fisiológico o solución de bicarbonato. En picaduras de especies más agresivas (como los sifonóforos, en el que se encuentra la conocida Carabela portuguesa), se puede usar vinagre (también se puede sumergir la lesión en ácido acético al 5% entre 15 a 30 minutos) o usar alcohol isopropilo al 70%.
No se debe usar agua dulce en ningún caso; ni el uso de la orina, ya que es un mito, porque su aplicación aumenta la secreción de los nematocistos, así como el uso del etanol (o bebidas alcohólicas).
No existe un un criterio estandarizado sobre la aplicación de calor o frío sobre la herida durante los primeros auxilios. La evidencia indica que con el frío no se presume ninguna acción sobre el veneno, sino que se cree que produce alivio gracias a los efectos antiinflamatorios. Para aliviar el dolor se puede aplicar hielo seco durante 15 minutos (en lapsos de 3 minutos y 2 de descanso) o mediante el uso de compresas frías de 5 a 10 minutos. Hay que evitar la aplicación directa de hielo en el área. Sin embargo con su uso también se ha observado un marcado aumento en la zona hemolítica, así como un aumento del dolor (efecto rebote) de la picadura al recalentarse después de la aplicación de frío.
La aplicación de agua caliente (~45 grados centígrados) es una terapia recomendada porque hay evidencia de que los venenos marinos son termolábiles y, por lo tanto, lo inactiva. Otros estudios postulan que las temperaturas necesarias para dicha inactivación son mucho más altas (~60 grados centígrados), y por lo tanto sugieren que el alivio del dolor que se produce durante la inmersión en agua caliente resulta de reacciones fisiológicas a la aplicación de calor (como el aumento del flujo sanguíneo subcutáneo).
Se puede hacer uso de pinzas para eliminar los restos de tentáculos y fragmentos de medusa. Se puede realizar con las manos desnudas, pero aún con el uso de guantes se pueden sufrir picaduras, en cualquier caso es mejor enjuagar inmediatamente los dedos del rescatista con cuidado para evitar picaduras secundarias. No se recomienda usar crema de afeitar en combinación con una navaja de afeitar o una tarjeta de crédito para “afeitar” los cnidos adheridos, ya que raspar la piel se ejerce presión sobre éstos y, por lo tanto, aumentara la secreción. Una ligera presión en el sitio aumenta la descarga adherente; por lo tanto tampoco hay que usar vendajes.
Si persisten los síntomas de la picadura se recomienda consultar con personal sanitario.
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Descargo de responsabilidad: Este artículo tiene fines informativos y no debe reemplazar el asesoramiento médico profesional.
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